LLega ya Navidad, fechas en las que no se celebra el aniversario de un nacimiento que ocurrió hace dos mil años, sino que verdaderamente nace el Amor en cada corazón humano.
Ahora más que nunca, ya que la sociedad está más que sensibilizada con estas fechas, tenemos que ayudar a que ésta recupere el respeto por la persona humana. Es el único modo de combatir el aborto y la eutanasia, lo mismo que el resto de ataques en contra de la dignidad humana en el campo de la ingeniería genética y de la bioética. En este campo los que creemos en la verdadera Navidad, los cristianos, tendríamos que mostrarnos muy activos como ciudadanos, como políticos, como formadores, pero sobre todo como personas que viven en libertad y la quieren para los demás. Actualmente vemos que hay una tendencia muy marcada en la que se venera la juventud, la estética, la eficacia, los éxitos, que nos llevan a valorar a los demás por lo que tienen y no por lo que son. Los ancianos y los enfermos son tolerados a duras penas y los no nacidos son invisibles y no cuentan. En la medida en que los lazos familiares son menos importantes en la sociedad, se piensa que el estado es quien debe ocuparse de ellos más que nosotros. Hay que hacer ver que la persona vale por sí misma, que es más que un montón de carne y huesos y que hay una belleza escondida muchas veces en una persona enferma, inútil aparentemente, que sólo quien ve a la persona más allá del cuerpo es capaz de descubrir.
Por lo tanto la Navidad es un buen momento para que todos cultivemos esta capacidad de reconocer a los demás como personas porque no se puede esperar nada nuevo y más en el debate sobre el aborto si no se consigue esto. Hay que luchar contra esa indeferencia porque sino no tendremos ningun crédito en nuestra defensa de la dignidad humana.
El próximo día 24 de Diciembre celebramos el nacimiento de la Vida que nos tiene que impulsar a que el ser cristianos sea una realidad viva y auténtica levadura en la sociedad; porque sólo así podremos liderar otras vidas. Termino deseando a todos una feliz NAVIDAD con unas palabras de Janne Haland, una gran profesional, uténtica cristiana y sobre todo gran persona:
"la tarea es grande, pero lo único que tenemos que hacer es todo lo que podemos; pero eso lo tenemos que hacer"