sábado, 19 de abril de 2008

IGUALES PERO DIFERENTES


Ya se le venía venir a nuestro presidente del gobierno. Zapatero no podía “defraudarlas”, no podía dejar de cumplir aquella promesa hecha una vez y repetida hasta la saciedad. ¡Zapatero no nos falles!
Parece increíble pero es real, este señor ha levantado un nuevo ministerio a favor de la mujer y la desigualdad social que ellas dicen y creen padecer.
Yo como mujer sólo quiero expresarle al señor Zapatero mi descontento hacia esta idea, que entre otras cosas me parece injusta. Ya que se crea un ministerio para la igualdad; en primer lugar me gustaría saber que entiende la nueva ministra por igualdad y a qué igualdad se refiere.
Permítame decirle que, por favor, no crea que me incluyo dentro de esas “representadas” que luchan por querer parecerse a un hombre en todos los aspectos, porque yo me siento muy a gusto con lo que soy y con la forma en que vivo mi condición de mujer, no necesito ningún movimiento ni plataforma ideológico y menos un ministerio para darme cuenta de ello. Me imagino que ustedes querrán luchar por mis "intereses reprimidos" pero de verdad, les pido que no me defiendan de nada.
Mire, a muchas mujeres y a mí nos encanta sentirnos distintas al hombre y por esto no quiero decir que haya que infravalorar a la mujer. Me encanta como es el hombre y me encanta como es la mujer.
Por supuesto que estoy a favor de la igualdad pero no de la forma que pretenden imponerla. La igualdad presupone el reconocimiento de una dignidad personal, y por consiguiente el de una diferencia que permite no hablar de desigualdad. Cuando no se reconoce aquella y se intenta poner todo en un mismo plano, aparece la dominación, la lucha de los más fuertes sobre los más débiles, aparece el combate. No me interesa ni dominar ni ser dominada, tampoco combatir ni ser combatida, sólo me interesa que se me defienda de las verdaderas opresiones pero no en aras de la liberación femenina, negando la verdad sobre mi misma. Justo se necesitan los dones, capacidades y talentos de la vocación femenina; no para destruir la supuesta “superioridad del hombre” sino para hacer posible esa interconexión entre diferencias que hace`posible que el hombre y la mujer sean felices juntos; porque creo que reconocer y vivir desde la diferencia, que no desigualdad, es un camino para la paz y la unidad.
Para mi ser mujer es un privilegio que además me encanta, y no soy mujer ni vivo como mujer porque me asignaron ese rol y menos porque me sienta “atada” a ello. No tengo prejuicios ni me siento discriminada por ser mujer con las condiciones que de ello se derivan, es más, pienso que la discriminación a lo largo de la historia y actualmente se da por no saber respetar, ni valorar la condición femenina.
No quisiera perder el tiempo en luchar por ganar una batalla que ya tengo ganada porque creo, sinceramente, que son otras conquistas las que muchas mujeres necesitan y buscan. Así que decirles que no me siento “representada” en esa perspectiva de género que ustedes predican y en esa deconstrucción de la identidad sexual y de la familia que pretenden conseguir; simplemente porque creo en una igualdad sobre una realidad que viene ya representada en mi naturaleza humana aunque sé que ustedes desconfían de esto ya que la consideran socialmente construida. Reconozco que cuando estoy escribiendo esto pienso que soy el perfecto estereotipo que pretenden ustedes diluir, pero les vuelvo a pedir no me “representen” a mi, puesto que su ministerio no me “representa”.

miércoles, 16 de abril de 2008


Publico una carta que me ha llegado recientemente por mail. Es de César Vidal y se dirige a nuestra Bibiana Aído, ministra del nuevo ministerio de Igualdad ¿o de de igual?


Apreciada ministra: con sorpresa, pero, sobre todo, con enorme ilusión he sabido de su nombramiento como titular de igualdad. Aparte de felicitarle calurosamente por su paso de la dirección de la agencia andaluza de flamenco a tan alto destino, desearía suplicarle algunas actuaciones concretas encaminadas a que, de manera efectiva y real, todos los españoles sean iguales. Sin ánimo de ser exhaustivo, en primer lugar, creo que debería usted poner manos a la obra y convencer a su jefe de que acabe cuanto antes con el denominado “pufo vasco”. No es de recibo que en una democracia, por cada euro que pagan las Vascongadas, reciban a cambio ocho del resto de España. Digo yo que de iguales será pagar igualmente. Y ya empezada la cuestión por el tema regional, quizá podría usted ir más lejos y sugerir a su jefe que se las arregle para derogar el Estatuto catalán por eso de que consagra inversiones en esa bellísima región española mientras que desnuda a las otras, por eso de que condena a los castellano-parlantes a la desigualdad o por eso de que, en resumidas cuentas, convierte al resto de España en una colonia de los nacionalistas. Sé que este paso puede parecer difícil, pero bastará simplemente con que su jefe deje de enredar en el Tribunal constitucional y permita que los jueces sean independientes. Otro paso que me atrevo a sugerirle es el relativo a los no-nacionalistas en determinadas partes de España y, muy especialmente, a las víctimas del terrorismo. Con que los trataran igual en los medios de comunicación y en las instituciones que a los nacionalistas creo que ellos - ¡los pobres! – andarían tan contentos. ¿Cuesta tanto que se respete a los parientes de los asesinados por ETA no peor que a los familiares de los terroristas? También creo que sería de interés que los heterosexuales recibieran un tratamiento similar a los homosexuales. No es fácil dado el peso del lobby gay, pero si pudiera usted arreglar una representación paritaria en los programas del corazón y que una vez al año recibieran dinero para una cabalgata del día del orgullo hetero habría dado usted un paso de gigante. Ya en el terreno de las relaciones hombre-mujer no me atrevo – sería mucho – a pedirle que alguien pueda decir algo que no sea feminista sin que lo crucifiquen, pero si se consiguiera que los padres recibieran un tratamiento igual que las madres ante los tribunales de justicia decenas de miles de personas elevarían preces al Altísimo por usted. Y ya que hablamos de preces, ¿sería mucho pedir un poco de igualdad para los cristianos de las distintas confesiones? No me atrevería yo a sugerir que los trataran igual en los medios de comunicación y las instituciones que a los progres porque me consta que esas medidas revolucionarias no se abordan en una legislatura, pero si demostraran hacia ellos el mismo respeto que hacia los musulmanes creo que no lo olvidarían nunca. Imagino que anda usted en estos momentos pendiente de una denuncia por prevaricación – seguramente porque hay gente que no ve con buenos ojos que una mujer ascienda – y que estará ocupada con la llegada a este ministerio que estrena, pero, a pesar de sus antecedentes, le ruego que no nos salga por peteneras. Es gracia que espera obtener, su humilde servidor.

martes, 15 de abril de 2008

LA UNIÓN EUROPEA


Por fín tengo un poco de tiempo para escribir "algo", ya siento que sea taaaan tarde y además nada currado:
Parece ser que hablar de liberalización y libre mercado está muy de moda. Por lo menos llevo unos cuantos días escuchando que si la liberalización de los mercados energéticos (esto tiene su porqué) que si la libre circulación de capitales, de mercancías, de personas, que si la libertad de creación y comercio, interno y externo. Mucho se habla de libertad de circulación y mucho se presume de políticas y actuaciones que la Unión Europea hace posible, pero poca determinación, en mi opinión. Es verdad que hoy en día se pueden pasar controles aduaneros sin tener que montar la gorda buscando como una loca el DNI., o incluso también es cierto que la entrada en el euro es objeto de constantes mejoras.
Hoy, sin embargo, en clase de derecho Comunitario he aprendido una cosa importante. Estábamos hablando nada más ni nada menos que de la Política de redes Transeuropeas, ya siento que sea tan friki el tema pero es que no hay otra.
Pues bien, me ha hecho pensar la siguiente frase que no es textual, pero que más o menos venía a decir así; “esta política tiene como objetivo desarrollar la libertad de circulación pero materialmente, es decir, creando infraestructuras que la permitan”.

La semana que viene asistiré a un seminario que justamente trata acerca de un tema que es fundamental; “La verdadera libertad”. La libertad en nuestra sociedad tiene bastante que ver sino todo, con la libertad de la persona, esa libertad que todo el mundo ansía, esa paz interior que sólo es posible cuando uno es realmente lo que está llamado a ser.
En primer lugar entiendo que una persona es libre cuando, esa libertad no te hace esclava de nada ni de nadie y que únicamente pretende que la conquistes para ser muy feliz. Pues bien esa “libertad verdadera” existe si bien la sabemos “materializar” y por consiguiente “ejercitar”. Quiero decir con esto, que sí, mucha libertad de todo, mucha promesa de cooperación y coordinación entre los estados miembros y poco “hacer”; pocas redes de electricidad, pocas redes de ferrocarril o incluso pocos aeropuertos y líneas aéreas que permitan viajar con más frecuencia a países vecinos. Pues con la libertad personal pasa igual. Estoy cansada de oír “que no me digas lo que tengo que hacer que para eso soy libre y se muy bien lo que quiero”. Eso es imposible, nadie sabe muy bien lo que quiere porque simplemente lo quiere todo. Cuando uno está acostumbrado a darse el gusto en todo y a tener de todo, acaba hastiado, angustiado porque nada le llena. La libertad no consiste en la simple capacidad de elegir, de decidir sobre cosas, de experimentar, de almacenar, de realizarse, de tener más y más. No, la libertad es todo lo contrario, consiste en dar y en DARSE. Hay que tener los suficientes “fondos” para saber invertirlos, para poder gastarlos eficientemente, si bien lo queremos ver desde un punto de vista meramente técnico. Y en eso consiste el darse, en salir de uno mismo, en gastar la libertad que vas conquistando poco a poco en los demás.
Prefierocontinuar la semana que viene para poder contrarrestar esto mismo, con las ideas del ponente que por lo visto no tiene desperdicio. ¿ pero, para empezar, qué es lo que tú entiendes por verdadera libertad?